He estado viendo la final
del Open McDonalds del 90. Ya no se llaman Jugoplastika. Se llaman
Pop 84, como un mal grupo de revival. Toni, la pantera rosa, y Zoran,
con su porte de estibador de puerto. No hay suficiente Mediterráneo
para todos.
Y aquellos Knicks (acortamos Knickerbockers,
nunca lo olviden), con Mo Cheeks, viejo, muy viejo, Cheeks el hombre
que reinó junto al Doctor J. Subiendo el balón y el hermano de
Dominique y Oakley, que se marchó de los Bulls y nunca pudo probar
el maná del 23. Y Ewing, claro, con las rodillas siempre reventadas,
siembre en busca de hielo. Y el más grande, un tipo que parecía
salido de un episodio del Saturday Night Live, el mítico Kiki
Vandeweghe, con ese pelazo... Kiki no supo que había terminado la
década, estoy seguro.
¿Es
importante el Open MacDonalds?
Es
importante que Perasovic, que había jugado 48 minutos para volver a
humillar al Barcelona está agotado y con 21 años debuta Petar
Naumoski. Y era bueno, espigado, blanco, como eran los jugadores de
la cantera yugoslava antes de la guerra y los tatuajes.
Naumoski,
él solo, el baloncesto control, mirando otra vez hacia el
Mediterráneo, en las puertas de Estambul, macedonio, yugoslavo, un
hombre sin patria, entre Grecia y Albania solo hay dialectos y pronto
casquillos de bala. Se marchó al Efes Pilsen, cuando el baloncesto
turco no era nada. Y amasó, amasó el balón, y usó la mecánica de
tiro de Split, la de verdad, la de arriba y abajo.
En
el año 1996 con el Milán (Stefanel) delante, el Stefanel de
Tanjevic, con Bodiroga, Ferdiando Gentile o Fucka (jugando de tres
con 2,13 de altura) y de segundo extranjero Rolando Blackman aquel
pistolero exótico que maldijo a Mark Aguirre cuando lo dejó solo al
frente de los Mavericks. Y amasaba el balón y yo era muy joven y lo
veía por la televisión y el Efes Pilsen y los triples de Naumoski y
el balón botado muy bajo, muy muy bajo.
Mañana
juega el CAI contra el Besiktas. Hablo de Naumoski y hablo de
Turquía.
Mañana
vuelven las ilusiones. Porque volveremos a apretar los dientes.
En
HD, como si fuéramos ricos.