martes, 29 de octubre de 2013

Ciudades en camiseta por J.Albericio&Javier Burguete (BalonZesto.net)

Es un nuevo concepto, una genialidad del marketing futuro, el modelo de comunicación más revolucionario: la promoción postmodernista de un territorio que reconoce que el turismo ha de ser uno de los vértices de su progreso.

Por todo eso, hemos prescindido del don de la palabra, del arte de la letra, de la certidumbre de la visibilidad, para depositar toda nuestra fe, y nunca resultó más apropiado el término, sobre una entelequia etimológica de ignotas consecuencias.

Sabemos que el club se llama Basket Zaragoza 2002, que sus rivales allende los mares lo conocen como el equipo de Zaragoza, Saragosse, Saragossa, Salduie, Caesar Augusta. Que uno de los patrocinadores estampa su “Zaragoza Deporte” en los bajos del pantalón, desde donde ruge un león rampante inaudible. Por eso mismo somos conscientes de que el punto que concentra todas las miradas durante un partido de baloncesto, es la camiseta de tirantes bajo la cual destacan los abultados e innumerables músculos de los gigantes, de los héroes mitológicos que buscan la canasta como destino único y vital, de los gladiadores que defienden con sus fundamentos y habilidades los colores que representan a un club y a una ciudad.
A finales de octubre de 2013 una noticia en Heraldo sobre los informes de la Cámara de Cuentas conquistaba nuestros corazones: “La Consejería de Presidencia (del Ayuntamiento de Zaragoza) dio bajo un contrato de patrocino 1,4 millones al CAI Basket en 2011, que la Cámara de Cuentas considera que podría “ocultar la existencia de una subvención concedida al margen de la ley”. En su informe, señala que no se puede verificar la existencia “de una real equivalencia entre las prestaciones hechas por ambas partes”. Indica que la memoria económica, sin fecha ni firma, no justifica el importe y que el CAI no ha cumplido sus compromisos. N.A.M.”. Ni aquel año, ni los siguientes, el nombre de Zaragoza volvió a aparecer como sostén del patrocinador principal del equipo, la CAI. Con anterioridad, hasta el primer año en que disputó la ACB, el rótulo de Zaragoza había identificado al club rojillo por las mejores pistas de la Segunda División (la LEB) y no solo por figurar en las camisetas de entrenamiento. Fue volver a la élite y dar comienzo ese desapego territorial…

No se trata de que el actual equipo de basket de Saraqusta luzca una tipografía tan identificativa como la que le imprimió José Luis Rubio en los años ochenta al antiguo CAI (que, todo sea dicho de paso, no pudo mantener en los sucesivos patrocinios de Banco Natwest y Amway). El tan odiado y tan admirado presidente del CBZ, que traía modelitos originales made in USA para su equipo fuera a la última, supervisaba personalmente la serigrafía del nombre de la ciudad; para él ese matiz era tan importante como fichar al mejor americano de turno. Nos conformamos, treinta años después, con las mayúsculas que decoran el escudo del equipo y que ya lustraron la equipación oficial.

Aragón y su nueva marca Á, sí ha sabido impregnar, a través de los convenios para la Promoción del Deporte y la Difusión de la Imagen de Aragón, de un sentido a la inversión pública que realiza. Y a día de hoy es la región la que se pasea letra a letra por Europa. Porque el CAI, en su primera temporada disputando una competición continental como la Eurocup, sigue luciendo el pecho vacío, y pudiendo erigirse como referente de una ciudad que está de moda (porque Zaragoza, en muchos ámbitos, está de moda), prefiere seguir siendo estandarte apátrida de un lugar que muchos califican como ciudad de baloncesto pero que irremediablemente necesita un sujeto para tan rimbombante frase.

Si contemplamos desde un punto de vista marketiniano el tema de las camisetas, podemos afirmar que los dos modelos puestos a la venta por el club esta temporada (recuerden, primera en la historia del club que se compite a nivel internacional) son idénticos, a excepción del logo de la competición continental, una medalla azul en la base de uno de los tirantes que sustituye a la enseña de la competición doméstica de la Liga Endesa. ¿Y si la diferenciación entre productos hubiera venido dada, aun con el mismo diseño repetido del año anterior, de la mano del nombre de la ciudad colocado en la parte frontal?

Los equipos de la NBA procrean alternate jerseys, recuperan modelos vintage y pronto darán al aficionado la oportunidad de llevar al parquet sus propios diseños para el equipo de sus amores. Allí están obligados a lucir en una de sus indumentarias el nombre de la ciudad (medida que bien podría aplicar la ACB si quiere alguna vez potenciar la venta de este tipo de productos). Pero el modo en el que la franquicia de los Nets organizó su traslado a Brooklyn (que es un ¡barrio! de Nueva York) y montó su estrategia de merchan, da una ligera idea de la importancia que tiene en la mejor liga del mundo la identificación del equipo con la ciudad en la que juega. Ya que, dicen, no volverán los tiempos en los que sean mayoría de jugadores zaragozanos los que se enfunden la camiseta del CAI para poder representar a Zaragoza jugando al baloncesto, consigamos una mayor vinculación imprimiendo el carácter y la sonoridad del nombre de nuestra ciudad a la camiseta de juego. Así que: #PongaZaragozaEnSuCamiseta antes de que, por cuestiones económicas, tenga que figurar Georgia como destino turístico de primer nivel, por poner un ejemplo.

Y dejemos a la ciudades en camiseta.

Jorge Albericio
Javier Burguete
Galería de Fernando Radigales (fotos)

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